Para poder trabajar con sociedades cualitativamente diferentes a la moderna, es fundamental conocer y reconocer los conocimientos locales relacionada con cada propuesta que se vaya a realizar. Es por esto que en el presente texto se hace un constante contrapunteo entre los conceptos de salud indígena y moderno.
Los kogi insistieron en que, para temas de salud, necesitaban dos tortugas galápago (Chelonoidis abingdonii) vivas, una hembra y una macho; plumas de cola de guacamaya (ara sp.) y plumas de cola de flamenco (phenicopterus). También nos enseñaron varios tipos de concha de mar y señalaron su importancia para lo que ellos mismos denominan en español “la salud propia”. La palma de iraca también se mencionó. La importancia de todos estos elementos fue demostrada mediante el tani. Danza que, para el mundo kogi, mantiene el equilibrio cósmico y garantiza los ciclos agrícolas, las buenas lluvias y los recorridos del sol, la luna y las estrellas. La salud propia, entonces, no es otra cosa que el correcto funcionamiento del mundo natural, ya que este es la fuente inmediata de vida social.
Quisimos abordar el tema desde una visión más cercana a nuestro concepto de salud, y por esto, en la aldea kogi Pueblo Hernández, hablamos con la enfermera[1], una señora oriunda de Guatapurí.
Ella nos mostró la precariedad del puesto de salud de la aldea kogi. Las ventanas no tienen vidrios y están cubiertas por pendones viejos de campañas políticas. No hay posibilidades de mantener una cadena de frío para transporte de vacunas o muestras de laboratorio. De su propio bolsillo, ella pagar el alquiler de los tachos que le provee el puesto de salud de Donachuí, más el servicio de transporte. Ella también pagar los anticonceptivos de los indígenas que voluntariamente los solicitan, así como cualquier medicamento necesario para una enfermedad que no sea “tratable” con los medicamentos suministrados por la IPS Dusakawi. Estos medicamentos son: acetaminofén jarabe, acetaminofén gota 500mg tableta para adulto, neomicina, gotas oftálmicas, suero fisiológico (dos frasquitos), sulfato ferroso, jarabe para niños, sulfadazina de plata (un solo tubo), calcio para las embarazadas, iofi para las embarazadas, ácido fólico para niños desnutridos, cápsula de vitamina A (la van a reemplazar por sobres de vitaminas enviados por el Ministerio de Salud).
Si bien las autoridades kogi insisten en los elementos de la salud propia como las tortugas, el mismo mamo mayor de Nevadita y su esposa planifican con inyección trimensual. Esto evidencia que en el transcurso de la vida cotidiana “la salud moderna” también es una necesidad palpable. Hay muchas complicaciones en adultos, y la enfermera reportó que existaen patologías asociadas a:
- Problemas vaginales, que no se pueden tratar porque es prohibido que una mujer ausculte los genitales de otra mujer.
- Disentería
- Diarrea
- Tuberculosis
- Neumonía
- Parkinson en ancianos. La enfermera afirma que deberían estar en tratamiento mediante la IPS, pero en la IPS han sido negligentes.
- Hongos en la piel.
- Los calambres también aquejan a los adultos y son considerados un factor de riesgo muy alto.
- Anemia (adultos y mujeres adolescentes)
De acuerdo al historial clínico de Pueblo Hernández, en la primera infancia, lo que más afecta a los niños es:
- Desnutrición (la enfermedad más grave y común). De allí se desprenden múltiples problemas.
- Tosferina
- Anemia
- Neumonía
- Escabiosis
- Infecciones ocasionadas por estas erupciones cutáneas que conducen al deceso
- “Sapitos en la lengua” la boca y la lengua se llenan de burbujas blancas. El niño muere por no poder comer ni tomar bebidas. Los papás no saben cómo tratar esa enfermedad.
- La enfermera reporta que no hay cómo tratarla.
- Vómito. La enfermera reporta que no hay cómo tratarla.
- Hay niños que mueren porque no hay cómo tratar una quemadura grave. Los tubitos de sulfadazina de plata había que repartirlos “mágicamente” entre los distintos pacientes.
- Deja sin pelo a los niños y esto es un estigma social muy grave, además de las posibles infecciones y cicatrices.
- Además de la escabiosis, la enfermera reporta otras patologías dermatológicas. La piel se llena de puntos negros de manera incontrolable.
- Dolor de estómago.
- Gripas mal tratadas. No hay tratamientos para la expulsión de flema. Una gripa que no termina se encadena con otra gripa nueva. Lleva al deceso a los niños por deterioro pulmonar.
Además de lo mencionado, recogemos la experiencia de USEMI y añadimos que la alimentación para hacer el tránsito de orientación por teta al consumo de alimentos sólidos es un reto que muchas veces pone en riesgo la vida del niño. Se sugiere trabajar en el diseño de papillas y bebidas producidas con alimentos autóctonos para aliviar esta situación.
También hay casos de malformación congénita que son socialmente imposibles de tratar, conduciendo al abandono paulatino del niño. No hay día que la enfermera no reciba pacientes que llegan con la intención de pasar la noche en el puesto de salud y recibir medicamentos. Cuando ella se ausenta, es normal que reciba visitas y mensajes de los kogi preguntándole por qué no ha vuelto.
Aparte de las precarias condiciones de salud de la comunidad, las condiciones laborales del personal de salud son muy preocupantes. La enfermera nos informó que tiene que hacer fuertes recorridos sola, por montes donde es de amplio conocimiento la presencia de grandes felinos, culebras venenosas e incluso, según los locales, aparatos, o presencias sobrenaturales que, más allá de su existencia comprobable, son un peso emocional constante para quien transita estas trochas creyendo férreamente que los hay.
[1] De profesión, ella es auxiliar de enfermería, pero es la única al frente de toda la situación.